sábado, 8 de noviembre de 2014

La Nutrición en el Deporte

Importancia del Calcio
Constituye el mineral más abundante en el organismo: una persona de 70 kilos tiene aproximadamente 1.2 kg de calcio, de los cuales el 99% se encuentra, ligado con el fósforo, en los huesos y dientes; el resto se localiza en el suero sanguíneo.
El hueso es una reserva vital y fácilmente accesible de calcio para el mantenimiento de las concentraciones normales de este mineral en el resto del organismo.
Entre las principales funciones del calcio se encuentran: interviene en el proceso de coagulación de la sangre; regula la actividad nerviosa; participa en la actividad hormonal; interviene en el proceso de contracción muscular, en el transporte de oxígeno y en la actividad de algunas enzimas, entre otras funciones.
El calcio que consumimos no es completamente absorbido. La absorción está regulada, hasta cierto punto, de  acuerdo con la cantidad de calcio que podamos ingerir con los alimentos. Cuando consumimos en la dieta una cantidad menor de la que necesitamos diariamente, se produce una mayor absorción de este mineral; por el contrario, cuando nuestra ingesta es elevada en calcio, la absorción disminuye y el exceso se elimina por las heces. Un aspecto muy importante es la pérdida de este mineral: se ha visto que muchos atletas que practican deportes de fuerza (pesas) ingieren gran cantidad de proteínas (con frecuencia más de las que realmente necesitan); en ellos se ha demostrado, en diferentes estudios, un incremento significativo de la pérdida de este mineral a través de la orina. Debido a la práctica deportiva, a veces de forma intensiva, en donde los requerimientos de los nutrientes, entre ellos el calcio, se ven aumentados, pueden desarrollarse cuadros deficitarios; en los
niños puede manifestarse como raquitismo; en las mujeres, especialmente en adolescentes amenorreicas (sin menstruación) y mujeres post-menopáusicas, también existe un riesgo de déficit por desórdenes hormonales que provoca este período. En éstas últimas hay mayor riesgo de osteoporosis (descalcificación del hueso) con la consiguiente mayor propensión a fracturas.
La fuente de este importante mineral se encuentra principalmente en la leche y sus derivados, como el queso y el yogurt y demás productos elaborados en base a ésta. Además lo encontramos en las leguminosas y en las hortalizas de hoja verde, y en menor cantidad en los cereales y demás alimentos. Se recomienda a los deportistas, con entrenamiento regular, un consumo mínimo de, por ejemplo, 3 vasos de leche, que le aportará más del 60% de lo requerido para un normal abastecimiento diario de este nutriente; el calcio que falta se cubrirá con la ingesta de los demás alimentos del día.

miércoles, 6 de agosto de 2014

La Hipertensión

La Hipertensión es la elevación de los niveles de presión arterial en forma continua o sostenida. Para entenderlo mejor es importante definir la presión arterial. El corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Esta acción es lo que se conoce como presión arterial. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación.
Foto: Internet

Esta anomalía supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Esta incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.
En aquellos pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño. Propicia la arteriosclerosis (acúmulos de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis (pueden producir infarto de miocardio o infarto cerebral). En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura (lo que inevitablemente causa la muerte).

Los niveles normales de la presión arterial
* Presión arterial normal
Los niveles de máximos de presión arterial sistólica (máxima) están entre 120-129 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg. Cifras más bajas también pueden considerarse normales, siempre que no provoquen ningún síntoma.
* Presión arterial normal-alta
Las cifras de presión arterial sistólica (máxima) están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, con afectación del corazón (hipertrofia ventricular) o daño renal, los niveles superiores a 130/80 mmHg también se consideran altos.
Foto: Internet

Tratamiento
Si eres hipertenso no puedes conformarte con las recomendaciones anteriores, ya que es posible que debas seguir un tratamiento farmacológico. Los resultados no siempre reflejan una reducción inmediata de la presión arterial, así que es necesario esperar un poco antes de plantearle al médico un cambio de medicación.
Foto: Internet

Los fármacos antihipertensivos están agrupados en varios tipos:
- Diuréticos
- Inhibidores del sistema renina angiotensina (IECA)
- Antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA-II)
- Calcioantagonistas
- Betabloqueantes
- Asociación de fármacos

Los pacientes que siguen un tratamiento antihipertensivo deben tener en cuenta estos consejos:
- Aunque la presión arterial se haya normalizado no hay que dejar de tomar la medicación nunca.
- Cumplir estrictamente el tratamiento e intentar mantener siempre el horario de ingesta de las pastillas.
- Consulta al doctor si el tratamiento no obtiene resultados, ya que a veces es necesario asociar varios fármacos para controlar la presión arterial.
- Revisa también la dieta por si algún alimento (por ejemplo, la sal) está impidiendo el efecto antihipertensivo de la medicación.

martes, 29 de abril de 2014

La Próstata

La próstata es una glándula que posee todo varón y que se encuentra ubicado debajo de la vejiga. Realiza funciones muy importantes: interviene en la emisión (eyaculación) del líquido seminal durante el acto sexual, 
se encarga de producir junto con los testículos ciertas hormonas o elixires que son los que le dan el carácter 
típicamente varonil a los hombres.
Las causas que pueden originar su inflamación son: golpes frecuentes en los testículos, permanecer sentado mucho tiempo (sastres, choferes, zapateros, etc.), enfermedades venéreas mal curadas, abusos de alcohol u otras drogas.

Síntomas
Debido a la ubicación de esta glándula, los síntomas de su enfermedad están relacionados con la micción como la necesidad de orinar frecuentemente dando la sensación de no haber vaciado totalmente la vejiga, a menudo el chorro de orina cae débilmente a veces con mucosidades, suele producirse la salida involuntaria de la orina, al defecar o al hacer algún esfuerzo, puede haber dolor punzante entre los testículos y el ano al orinar o al momento de la eyaculación durante la relación sexual, siendo la eyaculación prematura uno de los síntomas de la impotencia sexual.

Tratamiento
Antes de acostarse practique Baños de Asiento caliente con agua de ruda, para desinflamar y descongestionar la próstata. En las mañanas aplíquese chorros de agua fría acompañados de fricciones en la región del bajo vientre. Tómese como agua de tiempo tizanas preparadas con cáscaras de fréjoles o de arvejas, ortiga y pelo de choclo, 4 cucharadas para un litro de agua, cocimiento de 5 minutos. El agua de los garbanzos actúa como diurético ayudando a limpiar la próstata, se toma en ayunas.

Es conveniente que durante el tratamiento se mantenga un poco de reposo sexual. No permanezca sentado mucho tiempo, combata el estreñimiento, evite el uso de condimentos picantes y bebidas alcohólicas.