Este articulo que publico, no pretendo desarrollar la tendencia a que se pueda dejar de degustar un buen café, pero como dice el dicho, "todo se puede, siempre y cuando no sea en exceso".
Hay pocas pruebas que indiquen la necesidad de abandonar el café o la cafeína para salvar el corazón, aunque sería conveniente que las personas con alto riesgo de sufrir enfermedades cardíacas reduzcan su consumo. El doctor Martin G. Myers de la Universidad de Toronto, analizó en 1992, once amplios estudios sobre el tema y no encontró relación alguna entre el consumo de café y las enfermedades cardíacas, ya fuera que las personas bebieran una o más de seis tazas de café al día.
En cambio, un estudio en el cual el doctor Klatsky, del Centro Médico Kaiser Permanente, hizo un seguimiento de 10 años a más de 100,000 individuos, y reveló que 4 o más tazas de café al día aumentaban en un 30% de los hombres y en un 60% de las mujeres. En el té no se encontró el mismo peligro, lo cual parece indicar que la culpa no es de la cafeína. El doctor Klatsky aconseja que las personas con alto riesgo de sufrir enfermedad cardíaca deben limitar el consumo de café a menos de 4 tazas al día. Otro estudio reciente reveló que el riesgo de la enfermedad cardíaca se triplicaba con el consumo de 10 a más tazas de café al día.
¿Qué pasa con el café descafeinado? No hay pruebas de que el café con cafeína sea peor para el corazón que el descafeinado. En realidad podría ser todo lo contrario. En un estudio de Harvard realizado en 1990 con 45,000 hombres no se encontró un mayor riesgo de enfermedad cardíaca o de accidente cerebrovascular con el consumo de café, té o cafeína total. El estudio reveló la existencia de un riesgo ligeramente mayor para los bebedores de café descafeinado, lo cual llevó a los investigadores a concluir que "no había méritos para cambiar el café con cafeína por café descafeinado" con el fin de proteger al corazón.